Cleopatra Ramírez de CCH Vallejo
El ISSSTE nació en 1959 con la promesa de ser un sistema tripartito, financiado por el Estado, el Instituto y los trabajadores, para garantizar salud, pensiones, vivienda y cultura
Pero hoy ese tripartismo es solo una simulación:
– El Estado designa la mayoría de la Junta Directiva.
– La FSTSE monopoliza la representación obrera sin consultar a las bases.
– Y los trabajadores, que somos el mayor aportador, quedamos excluidos de toda decisión.
Los trabajadores financiamos al ISSSTE de cuatro formas:
1. Con nuestro trabajo diario, que sostiene al Estado.
2. Con nuestros impuestos, como cualquier ciudadano.
3. Con el descuento en nómina de seguridad social.
4. Y con pagos adicionales cuando usamos balnearios, turismo o actividades culturales.
Pagamos hasta cuatro veces y, aun así, no tenemos voz ni voto.
La reforma de 2007 a la Ley del ISSSTE lo confirma:
– Las pensiones dejaron de ser solidarias y pasaron a cuentas individuales administradas por AFOREs, trasladando el riesgo al trabajador.
– El FOVISSSTE dejó de construir viviendas integrales y se redujo a un banco de créditos hipotecarios.
El resultado: un deslinde del Estado de sus responsabilidades históricas.
La Constitución política de los estados unidos mexicanos establece con toda claridad:
– Artículo 4º: Toda persona tiene derecho a la protección de la salud.
– Artículo 4º: Toda familia tiene derecho a una vivienda digna y decorosa.
– Artículo 123 de la ley federal del trabajo, apartado B: Los trabajadores al servicio del Estado tienen derecho a la seguridad social, incluyendo pensiones, guarderías, vivienda y servicios culturales.
Es decir, la salud, la vivienda y la pensión no son favores del gobierno, son derechos constitucionales que el Estado debe garantizar.
Cuando el ISSSTE traslada sus responsabilidades a las AFOREs o convierte la vivienda en un crédito hipotecario, está incumpliendo con la Constitución.
A nivel internacional, México ha ratificado convenios de la Organizacion que refuerzan este mandato:
– Convenio 87: garantiza la libertad sindical y el derecho de los trabajadores a elegir a sus representantes sin intervención del Estado.
– Convenio 98: obliga a respetar el derecho a la negociación colectiva auténtica, lo que significa que no pueden imponerse reformas sin consulta real a los trabajadores.
– Convenio 154: establece que el Estado debe fomentar mecanismos de participación de los trabajadores en la administración de la seguridad social.
Estos convenios, junto con la Constitución, nos dan un doble respaldo jurídico: lo que hoy hace el ISSSTE no solo es antidemocrático, también viola compromisos internacionales de México.
Por eso decimos que el ISSSTE debe modificarse desde el fondo y volverse realmente tripartito. Eso implica:
– Democracia real en la Junta Directiva, con representantes electos por todos los trabajadores.
– Transparencia total en cada peso que se gasta.
– Regreso al sistema solidario de pensiones.
– Un FOVISSSTE constructor de vivienda digna, no solo un banco hipotecario.
– Y un ISSSTE que garantice salud y cultura como derechos, no como negocios.
Compañeras y compañeros:
El ISSSTE existe gracias a nosotros, pero se administra a nuestras espaldas. Pagamos hasta cuatro veces y, sin embargo, no decidimos nada.
Esto no es tripartismo: es autoritarismo disfrazado. Por eso nuestra lucha debe ser clara: modificar de raíz al ISSSTE para que sea verdaderamente tripartito, democrático y solidario, al servicio de los trabajadores y no a costa de los trabajadores.
La Constitución y la OIT nos respaldan. Ahora nos toca a nosotros levantar la voz y organizarnos para recuperar lo que siempre debió ser nuestro: un ISSSTE que cumpla con los derechos que ya están escritos en la ley y que el Estado se niega a garantizar.
¡La historia es nuestra y la hacemos los trabajadores!
REGENERACIÓN SINDICAL

